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El sacerdote y los globos

Iniciado por Umbopo, 25 de Abril de 2008, 07:09:13 AM

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Umbopo

Me lo contaron ayer y no paré de reirme porque pensaba que era coña, ahora que se que es cierto me rio aún mas...  ya se que eso de reirse de las desgracias ajenas esta feo pero a mi me parece la muerte mas absurda y tremendamente divertida que he visto jamas...  juraría que he visto algo similar en una alocada animación de Terry Gilliam para el Monty Phyton Flying Circus.

A quien se le ocurre semejante disparate?  :-o

http://videos.abc.es/informaciondecontenido.php?con=4891

Siento si el mensaje peca de mal gusto...  pero es cierto que cuando me lo contaron no pude dejar de reir  :|

SyntheticMan

Ya hace unos años hubo un premio Darwin parecido. No sé si conoceis los premios Darwin. Se conceden a personas que realizan una acción absurda con resultado de muerte, esterilidad o incapacidad total para dejar descendencia. Se considera que contribuyen de esta forma a la mejora genética de la raza al contribuir a la eliminación de "genes defectuosos". Este es uno de mis casos favoritos. Está extraido de http://axxon.com.ar/zap/288/c-Zapping0288.htm:

"Este inconcebible caso mereció una Mención Honorífica en 1982, y está confirmado por el escritor Charles Downey, los cables periodísticos de la United Press y los informes de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos.

Larry Walters, camionero de Los Angeles, tomó un buen día la decisión de cumplir sus sueños de infancia: ser aviador. Larry había intentado ser piloto militar, pero sus problemas de vista ocasionaron que la Fuerza Aérea norteamericana lo rechazara por incapacidad física.

En 1982, compró 45 globos sonda meteorológicos de 10 metros cúbicos de capacidad y 1,22 metros de diámetro cada uno en una tienda de la Marina. Compró además varios tubos de gas helio, y se preparó para su gran hazaña.

Tomó su confortable reposera de jardín construida de aluminio y la ancló mediante una cuerda a la defensa de su camioneta todo terreno. Ató los globos al armazón de la silla de jardín y los llenó con 450 m3 de helio. Luego, contento con la aventura que estaba a punto de emprender, bautizó a su reposera voladora con el soñador nombre de "Inspiración I" y se proveyó de los avíos que consideró necesarios, a saber: una radio de 27 megaciclos, múltiples latas de cerveza, algunos emparedados y un rifle de aire comprimido. Su plan era sobrevolar el valle a unos cómodos 9 metros de altura. Cuando se cansara de viajar, rompería algunos globos con su arma para descender lentamente hasta la seguridad del suelo.

Tomadas todas sus inteligentes previsiones, Larry Walters se subió a la reposera, se ató a ella con unas correas y soltó la cuerda que lo unía al todo terreno.


Larry Walters según Ziebarth 

Las cosas no salieron como Walters había previsto. Recordemos que no había sido admitido en la Fuerza Aérea, por lo que abtrusos asuntos como la fuerza ascensional, la flotabilidad de los globos y el empuje aerostático estaban totalmente fuera de su capacidad de comprensión.

En lugar de flotar grácilmente a 9 metros de altura, el conjunto de globos imprimió a la silla —y a Walters— una flotabilidad monstruosa. La reposera saltó hacia arriba como si hubiera sido disparada con un cañón, mientras el desesperado Larry Walters se aferraba a sus correas. Sólo se estabilizó y detuvo su ascenso a los 4.800 metros de altura.

En este preciso momento, Larry se percató de que todo el asunto había sido una mala, espantosamente mala idea. La previsión de reventar los globos a balinazos no era ya posible: se encontraba suspendido a casi 5.000 metros de altura en una posición de equilibrio sumamente inestable, y no podía arriesgarse a disparar a su formación de globos por miedo a alterar ese equilibrio y precipitarse a tierra. Recordemos que el aspirante a aeronauta se hallaba atado con cinturones a una reposera de playa.

Para colmo de males, Larry no se hallaba estacionario sobre un lugar cualquiera, sino en medio del corredor de aproximación primaria a las tres pistas principales del Aeropuerto Internacional de Los Angeles.

A esa altitud, los vientos fríos del Océano Pacífico lo congelaban a él, a sus sandwiches y a sus cervezas Miller Lite. En ese momento, los aviones de línea comenzaron a pasar junto a él, precisamente en la misma cota. Dos comandantes, uno de TransWorld Airlines y otro de Delta, transmitieron al despachador de la Torre de Control sus preocupaciones acerca de estarse volviendo locos. Podemos imaginar el diálogo:

—Torre LAX, Torre LAX, este es TWA 225. No va usted a creerme, pero le aseguro que es cierto.

—TWA 225, proceda con su informe.

—Aproximo a cabecera de Pista 1 en ruta primaria, rumbo 220, velocidad 400 nudos, altitud 16.000. Junto a mi ala de babor veo a un hombre armado, amarrado a una reposera marca "Sears" , suspendido de varias decenas de globos meteorológicos. Rumbo: estacionario, velocidad cero, altitud, 16.000 pies. Está en medio de la ruta primaria, y Delta 761 se dirige directo hacia él. ¿Torre? ¿Torre? ¿Me copia...?

—Er... ¿Un hombre amarrado a una silla de jardín? ¿Comprada en "Sears"?

—LAX, LAX, este es Delta 761. El hombre que dice TWA 225 se agita en su reposera. Solicito instrucciones.

—TWA 225, Delta 761, esperen instrucciones. Instruc...ciones. ¿Una reposera?

El incrédulo despachador de la torre de control comenzó a escanear todas las frecuencias posibles para comunicarse con el extraño personaje volador, y lo mismo hicieron todos los comandantes de las aeronaves que aproximaban para aterrizar en LAX.

Finalmente, descubrieron a Walters en el canal 9 de la frecuencia de 27 MHz, la banda ciudadana de 11 metros de longitud de onda. Es el canal exclusivo para la Red Nacional de Emergencias.

Como es natural, se le ordenó enfáticamente que descendiera, a lo que Walters respondió explicando que no tenía medios para hacerlo.


Increíble foto de Larry volando 

Hay una escena clásica del humor victoriano en el fabuloso libro de Jerome K. Jerome "Tres hombres en un bote": dos pescadores observan azorados como una gran gabarra se dirige en derechura hacia ellos. Cuando los golpee, el pequeño bote de pesca se hundirá en las aguas del Támesis. Es que el piloto de la embarcación mayor ha perdido los remos.

—¡Apártese! ¡Apártese! —le gritan los pescadores.

—¡No puedo! —responde el hombre.

—No lo intenta... —lo acusan, resentidos.

Cuando la Torre de LAX impetra a Walters para que descienda, el hombre explica su situación. No puede. Los pilotos y el despachador piensan, como los pescadores de Jerome, que ni siquiera lo intenta.

Como una visión fantasmagórica de una mente alcoholizada, todos los aviones que pretenden aterrizar en LAX reportan la sobrecogedora aparición de la "Inspiración I" en medio de sus rutas.

Han pasado catorce horas del inusual "despegue", y Larry Walters está ahora en un estado próximo a la hipotermia. Le cuesta pensar con claridad, pero aún conserva la lucidez suficiente como para no atreverse a disparar contra los globos que lo sustentan.

De pronto, dos reactores Douglas F4-D Phantom II de la Guardia Nacional aparecen como por arte de magia frente a Larry Walters y lo conminan a descender por las buenas... o por las malas.


"Amable solicitud de descender": F4 Phantom II 

Lo que ha sucedido es que el despachador de la torre ha denunciado el increíble caso a la Junta de Accidentes Aéreos de la Fuerza Aérea y a la Administración Federal de Aviación. Los funcionarios aéreos, conscientes del peligro que representa la presencia de un hombre en una reposera en medio de las rutas comerciales del aeropuerto de Los Angeles, uno de los más transitados del mundo, han puesto el asunto en manos del 114° Grupo de Combate Aéreo de la Guardia Nacional. Los pilotos de Phantom han despegado hace pocos minutos de su base en Fresno e increpan a Walters por la banda de 11 metros, exigiéndole que despeje el área.

El hombre se niega, aterrorizado por la muy concreta posibilidad de precipitarse a tierra aferrado a su reposera.

Con la poca paciencia que los caracteriza, los pilotos militares le informan que han recibido órdenes de derribarlo en caso de renuencia, por lo que es mejor que coopere. Si no consigue bajar, ellos lo ayudarán con los cuatro cañones automáticos de 20 mm que lleva cada Phantom II en las alas.

Ante la irrefutable lógica de los aviadores, que ahora orbitan a su alrededor como halcones ante un gorrión particularmente gordo y sustancioso, Larry decide obedecer. Convengamos en que no le quedaban demasiadas opciones.

Honrando la amable invitación de los dos Phantom, Larry consiguió reunir el valor suficiente como para apuntar con cuidado a sus globos y comenzar a reventarlos.

El descenso no fue, tampoco, tan suave como el aeronauta había planeado. Se precipitó a tierra atado a su reposera, y sus globos se engancharon en una línea de alta tensión, cortando los cables. El apagón subsiguiente dejó a Long Beach entera sin luz durante 20 minutos.


El improvisado aeronauta en el momento del despegue. Obsérvense la "alta tecnología" y aviónica del aparato 


Cuando Walters consiguió desengancharse de la silla playera y bajar a tierra por una de las torres eléctricas, encontró a un ansioso destacamento del Departamento de Policía de Los Angeles esperándolo con los brazos (y las esposas) abiertos. Mientras se lo llevaban amarrado, un periodista destacado para cubrir el extraño rescate se acercó a Larry, le puso un micrófono bajo la nariz y preguntó claro y directo: "¿Por qué lo hizo?". Walters, ya recuperado del susto, respondió tranquilamente: "¿Qué quieren? ¿Qué me pase toda la vida sentado en mi casa?". Evidentemente, había preferido pasarse catorce horas a casi cinco mil metros de altura, en medio de una ruta comercial, muerto de frío, con ocho cañones apuntándole.

La Administración de Aviación no estaba contenta con Walters. Como cualquiera puede imaginar, presentó cargos contra él y solicitó su procesamiento, condena y prisión.

Walters salió del asunto con una multa de 1.500 dólares norteamericanos y una reputación de imbecilidad que lo persiguió el resto de su vida. No obstante ello, batió con su descerebrada hazaña el récord mundial de altitud para formaciones de globos de helio.

Luego de la aventura, debió abandonar su trabajo en la empresa de camiones (¿pondría usted un camión en manos de un hombre como este?) y se dedicó durante cierto tiempo a dar conferencias acerca de la vocación y las iniciativas. En realidad, nunca compensó con el dinero que ganó con estas conferencias la pérdida de su empleo ni la multa de la FAA.

Once años después de su único vuelo, solo, pobre y desesperado, Larry Walters comprendió por fin que su vida era un desastre y él un pobre fracasado. Nunca se había casado; nadie se había enamorado de él; no tenía hijos; no conocía la felicidad; ni siquiera había conseguido cumplir su sueño de ser piloto.


Globos, cuerdas, reposera y Premio Darwin 

El 6 de octubre de 1993 se internó en un bosque con su escopeta. Apoyó la culata en el suelo y la boca del cañón en su pecho y se mató de un tiro. Tenía sólo 44 años.



Con la muerte de Walters (esperable, dada su mentalidad), la Mención Honorífica de 1982 se convirtió en un Premio Darwin de 1993. La autoeliminación de "Reposera Larry" (como se lo conoció desde el incidente) libró a nuestro pool genético de estos peligrosos fragmentos de ADN."

Umbopo


ghostgoblins64


Nelman Music System

Bueno, a este tambien le pueden dar una mención honorifica, no porque ya no pueda dejar sus genes en herencia a su descendencia, sino porque siendo sacerdote, se "supone" que no los iba a dejar igualmente.  :-D :-D :-D

Palopío

Into every life a little rain must fall...


Palo

zopa

Nunca es agradable hablar de la muerte de alguien, aunque en realidad no se sabe si este hombre ha muerto o no, que yo sepa no ha aparecido aún, pero la verdad es que cuando me lo dijeron me descojoné vivo, porque esto no se le ocurre ni al que asó la manteca. Creo que hay otras formas para recaudar dinero para beneficiencia que con semejante majadería, y claro, luego pasa lo que pasa...
"Jarre?? Está bien... Te ríes..." (El Lobowolf)

LeSoleil

Yo me descojoné vivo leyéndolo en el periódico, que todavía es más divertido que te lo cuenten... porque lees la noticia ahí, en sucesos, entre tantas noticias dramáticas y sucesos "a la orden del día"... y de repente te ves eso... joder...

Eso sí... si el hombre la palmó ya no es para tanta guasa, la verdad... pero es que el titular de la noticia era hilarante, vamos, propio de Monty Python o los Hermanos Marx: "desaparece en alta mar un sacerdote que volaba agarrado a 1.000 globos"...  :?

ghostgoblins64

 :?

No creo que alguién considere que esta persona esté viva, encontraron los globos en el mar, si no murió por las bajas temperaturas seguro cayó en alguna parte.
Eligió una muy mala forma de recaudar fondos.
Tal vez estamos tan acostumbrados a las frikadas de internet que estás cosas parecen "normales" o en algunos casos causan cierta gracia.


   
 

ZZERO

No pongo en duda el poco sentido común de este señor sacerdote de amarrarse a 1000 globos y dejar su rumbo en las manos del Todopoderoso. Pero, y me pregunto a mí mismo y también a vosotros, ¿de todo el rebaño de fieles congregados a su alrededor esa lluviosa y nublada mañana no hubo al menos uno, UNO, que le dijera "padre, ¿está gilipollas? ¿cómo cojones piensa bajar de ahí arriba?" ?.

Con lo cual el próximo premio Darwin, al menos honorífico, que vaya para la huerfana feligresía del padre brasileiro este.

Y eso que dicen que las mejores personas se encuentran en el rebaño y se dejan llevar por un cretino pastor. Más bien cria cuervos...