A pesar del ajetreo navideño he escuchado varias veces el 2016 completo, las dos partes seguidas, aunque la primera la tenía ya machacada pero así escuchaba el disco entero. Allá voy: la primera parte me sigue pareciendo una genialidad, a parte de los inevitables y deseados momentos berlineros por momentos me recuerda al Vangelis de Heaven and Hell. Las influencias son inevitables, por supuesto, pero fuera aparte Ever tiene un estilo personal inconfundible y muy bueno, me resulta bastante inclasificable, ¿qué hace? Es que si alguien me preguntara no sabría muy bien qué decir, hace música electrónica, pero eso solo hace referencia a los instrumentos que usa, no al estilo. Muchas veces me parece que Ever simplemente hace música, lo que se le pasa por la cabeza, onirismos, surrealismos, trazos, pero no hay un estilo concreto que le encorsete, no porque toque muchos palos sino porque no toca ninguno, o al menos no abraza demasiado ninguno. En definitiva, que la primeraparte de 2016 es un temazo.
La segunda a medias, no me ha gustado tanto (era difícil). Los primeros 12 minutos me resultan demasiado ambientales, se me dispersa la atención y me cuesta trabajo prestar atención a lo que suena. Posteriormente y hasta el minuto 25 remonta mucho y me encanta. Los últimos 5 minutos de nuevo no me hacen mucha gracia. Es Ever, así que no hay nada realmente malo en la pieza, es solo que no me apasiona de principio a fin (son 30 minutos, vaya), pero analizando el disco 2016 entero el resultado es muy bueno, un discazo, con sus momentos un poco de bajón, pero globalmente fantástico.