me hablaron muy bien de este libro, lo estoy leyendo, y lo vuelvo a recomendar por si alguien le da por pillarlo en una biblioteca. No es un libro de Historia, pero vamos, bajo mi punto de vista es el que mejor interpreta la Guerra Civil. Son las crónicas que hizo un periodista polaco en 1937, viajando por Barcelona, Valencia, Madrid, Bilbao y pueblos perdidos de la España Profunda. El tío tiene una capacidad de análisis y de interpretación tremendas, vamos, que sabe de lo que habla, indaga en el conflicto más que cualquier historiador, y se queda con la copla. Además escribe muy bien.

¿Revolución contra contrarrevolución, fascismo contra antifascismo?. El polaco nos viene a decir algo así que si existiera la ideología de Freedonia de los hermanos Marx los españoles rivalizarían por amarla o por odiarla, pero no la conocerían. Más que ideológico él lo ve como un problema secular, las rivalidades de toda la vida, los latifundios y los toros de los señoritos mezclados con la fiesta popular y el atrio de la Iglesia. El polaco analiza el ensañamiento con curas e iglesias, y lo ve lógico desde un punto de vista analítico, porque ahí reside el sostén ideológico de que uno sea rico y otro pobre, en definitiva, el sostén ideológico de la España de toda la vida. En contraste, le hace gracia que los "revolucionarios", los que quieren dejar de ser pobres a través de la Revolución y ser "sabidos" con un manual de la CNT sigan con pasión las corridas, sin saber que los toros son fruto del latifundio y del privilegio. Digamos que en la España Roja también se mata y se muere alegremente, se pasee al sospechoso como algo cotidiano, impune e indiscriminado, él lo ve y lo anota, y sabe que lo mismo sucede al otro lado. En la España Roja se asciende con un rapidísimo cursus honorum o se cae a los abismos en un minuto de tu vida, se mata al farmacéutico de derechas como en Coruña se mata al farmacéutico de izquierdas. Se cena en bandejas de plata, o se duerme en un cortijo asaltado por jornaleros (o tal vez asaltado por la CNT a los jornaleros).
En fin, el libro está de puta madre y el tío lo clava. Las cosas no son blancas ni negras, y si hay buenos y malos éstos están mezclados por todas partes.