Qué pasada!!!
Si nos fijamos, escuchado el disco así, desnudo, sin los sonidos de sintetizador ni efectos ni nada, sólo arreglado para piano, el resultado es muy cinematográfico.
Un 10 para el arreglista e intérprete, y otro 10 para el cabrón de Jarre, por ser el pedazo de compositor que un día fue.