Recuerdo aquel 6 de octubre del 93 con cierta simpatia. Siempre dicen que la memoria es traicionera y tiene tendencia a retener los momentos buenos y a olvidar los malos. Pero aún así, tengo mejores recuerdos de los dias previos al "concierto" que del concierto en si mismo. Los nervios, la espera, los anuncios en los 40...que culminaron en un jarro de agua fria. Y no es por el playback o no playback o por el famoso flamenco. Sino porque la emoción, la chispa nunca llegó al público. Fue un poco como ver una película con un guion previsible y nada mas. El estadio de Montjuïc medio lleno (En Catalunya creo que nunca ha llegado a tener el éxito que tiene en el resto de España el Sr. Jarre) y bueno, el flamenco fue como al gota que colmó el vaso. Respetable, valorable pero tan fuera de lugar igual que los silbidos. Yo no silbé por respeto y porque los incontables momentos que me ha hecho pasar este señor son muchos al lado de este patinazo, pero si recuerdo que bajé la cabeza y me dije "Dios, que acabe eso rápido". Recuerdo a la salida tomando los autocares que esa impresión mia de concierto poco emocionante era general y en el autocar pusieron las radios y la gente comentaba pues eso, que mucha forma pero poco fondo.